Compartimos un extracto de la nota de publicada en Página 12:

"Bajo la fachada de comisarías, escuelas militares o locales comerciales, las huellas del terror trazadas por el último golpe de Estado permanecieron durante años como un elemento más del paisaje de las ciudades, a pesar de las denuncias de vecinos y testigos que las señalaban como testimonio del horror de la dictadura. En el trayecto que va desde su existencia incógnita hasta su reconocimiento como espacios de memoria, las universidades aparecen como un elemento clave en el acompañamiento a las organizaciones de derechos humanos en su lucha por señalizar los antiguos centros clandestinos."

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