A lo largo del siglo XX, el agro argentino se fue construyendo como un espacio diferenciado de otros, no solo por la forma en que se desarrolla la actividad, sino también por referencias a ciertas especificidades sociales. Sobre ello se construyó una “imagen” del sector sostenida por sus actores –y compartida por alguna parte de las investigaciones académicas– que vincula al agro con un espacio donde predominan las relaciones personales y familiares, las “gauchadas” y ciertas formas de reciprocidad.
En la última parte del siglo XX en el agro se gestó una serie de cambios que redefinen tanto el rol como las formas de producción, y que fueron acompañados por la introducción de nuevos tipos de actores y lógicas productivas. En este marco, el sector enfrenta actualmente tensiones sobre los sentidos históricamente asociados al “campo”, y debates sobre qué y cuánto hay de novedoso en la producción agropecuaria.
El libro se enmarca en esta discusión sobre la caracterización del agro pampeano en la actualidad, a partir de intentar responder cómo son las relaciones sociales en la producción. Proponiendo una serie de dimensiones analíticas para el abordaje vincular, se indaga cómo son y dónde se originan los vínculos entre los actores, de qué modo se dan los intercambios de bienes y servicios en el agro, y cuál es la lógica bajo la cual se construyen estos vínculos sociales.
El análisis parte de la construcción de tipos de relaciones sociales y, desde estos, propone revisar la caracterización de las explotaciones y repensar a los sujetos agropecuarios pampeanos, con el interés de aportar a la comprensión de su coexistencia y las tensiones que los atraviesan en los espacios productivos en la actualidad.
